La celebración de este día se realiza los 22 de noviembre por la tradición cristiana de recordar la muerte de una joven romana (Cecilia, año 232) convertida al cristianismo que muy poco –por no decir nada– tenía que ver con la música.
Una frase del acta de martirio que sufrió Cecilia perseguida y finalmente asesinada por Turco Almaquio, supuestamente hace referencia a que enfrentó el tormento cantando. Esa es toda la relación que tuvo Cecilia con la música. Sin embargo fue suficiente para que la posteridad la ligara a esta bella arte y se convirtiera en patrona de los músicos.
Lo importante es que muchísimos años después –prácticamente olvidado el martirio de la joven romana– el gran músico italiano Giovanni Pierluigi da Palestrina (c. 1525–1594) escribiera la Misa Santa Cecilia que dio paso a que muy diversos compositores escribieran obras en su honor. Se podría afirmar que Palestrina, Maestro de Capilla de la Sixtina, con su misa logró consagrar el 22 de noviembre como el Día de la Música.
Para los guitarristas resultan particularmente importantes las pinturas de Santa Cecilia tocando el láud (padre de nuestro instrumento), como la realizada por Carlo Saraceni (Venecia c.1570–1620) que ilustra esta nota. Saraceni, pintor de los inicios del período barroco, fue seguidor de la escuela de Michelangelo Merisi da Caravaggio (1573-1610), quien también pintó varias obras con ejecutantes de laúd.
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