miércoles, 29 de abril de 2020

NO SE PUEDE LEER LA PRENSA MEXICANA


La corrupción del capitalismo salvaje (neoliberalismo, para usar un término que oculta su verdadero fin) durante 36 años en México ha llevado a que hoy sea imposible leer la prensa mexicana.

Por un lado, los grandes medios, periodistas e intelectuales mercenarios (El Universal, Reforma, Televisa, TV Azteca, El Financiero, Radio Fórmula, López Dóriga, Ciro Gómez Leiva, Loret de Mola, Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín, entre otros) que lucraron con la corrupción hoy están que trinan por volver a los viejos tiempos del chayote y la publicidad oficial. Por el otro, los medios de “izquierda” (La Jornada, Revista Proceso y alguno más) que esperaban verse beneficiados por el nuevo gobierno de López Obrador y ser ellos ahora los comprados y beneficiados por la publicidad oficial –pero no se les hizo–, se volvieron cuasi opositores para ver si los callan con dinero.

Lamentablemente debe saberse que la Revista Proceso está sumida en un giro político de 180 grados al desaparecer su director y fundador Julio Scherer García. Hoy su hija María Scherer, principal accionista del grupo Proceso, está cediendo el control editorial a su esposo, el panista Juan Ignacio Zavala, cuñado –nada menos– del ex presidente Felipe Calderón… De muestra va este botón amarillista de pesadilla: 



Hay otro pequeño grupo de periodistas y comentaristas que siempre estuvieron en la oposición de los gobiernos neoliberales y que se esperaba verlos asumir una posición sensata, inteligente y crítica de un nuevo gobierno que heredó bastante más que siete calamidades (Carmen Aristegui, Lorenzo Meyer, Sergio Aguayo y alguno más), sin embargo muchas veces se pierden en sesudos análisis críticos de pequeñas inconsistencias del gobierno de López Obrador, cuando hay tanto que rescatar de su lucha contra la corrupción y por los que más necesitan apoyo. Parecería que no han notado que cambió y mucho la conducción de este país y no dejan una postura de oposición infantil. De Denise Dresser mejor no hablar porque realmente alguna inexplicable enfermedad mental le ha hecho perder el juicio y da mucha pena oírla.

Por último un consejo seguramente innecesario: si usted, amigo lector, quiere informarse equilibradamente, sin mentiras ni engaños, vea todas las mañanas, de lunes a viernes a las 7 am del centro de México, las Conferencias Presidenciales (en vivo en el Canal 14 o en YouTube a la hora que usted guste), donde López Obrador contesta a todos los periodistas del país (de los grandes, medianos y pequeños medios) todas las preguntas sin censura. Por cierto, estas conferencias de prensa diarias y libres son únicas en el mundo, ningún otro presidente se ha atrevido nunca a darlas. Ante tanta mentira y desinformación de los medios de prensa mexicanos que están en una furiosa campaña contra López Obrador, éste ha encontrado en estas conferencias un magnífico instrumento de respuesta e información.